PODER EN LAS INSTITUCIONES
Dentro de la escuela se encuentra el marco
organizacional, el cual está presente con todos sus elementos desde el comienzo
(Chiavenato, 2000). Éste hace referencia a la estructura que va formalizándose
y diferenciándose como dimensión organizativa relevante a medida que la escuela
crece. Al principio, puede no haber una estructura formal de roles oficiales,
pero ella va desplegándose con el crecimiento, dando encuadre, contención y
soporte al proceso de enseñanza-aprendizaje, que es su sentido último. Los
roles interactuantes, presentes desde un comienzo son: director general,
directores de sección, coordinadores, asesores, maestros, alumnos, padres,
autoridades oficiales, etcétera.
Este listado sugiere la existencia de un sistema de
autoridad y de una estructura jerárquica. Se homologan estructura y jerarquía
con rigidez y autoritarismo. En realidad, la estructura y el sistema jerárquico
conforman el soporte, la columna vertebral de la escuela (Schlemenson, et al,
1996). Autonomía y juegos de poder regulan las relaciones en el seno de las
organizaciones. Cada actor tiene su lógica particular, que se inscribe en
funcionamientos racionales que le atribuyen sentido. El poder es un juego
relacional que obedece reglas y lógicas estratégicas de grupos e individuos
(Gather y Maulini, 2010), de manera tal, que quienes ejercen el poder pueden
controlar a otras personas sin que éstas se den cuenta con la única intención
de lograr un fin específico.
El entramado de las relaciones entre directivos y
docentes en un centro educativo, determina en gran medida el dominio e
influencia que poseen unos sobre otros. El poder constituye una pieza
fundamental en la comprensión del funcionamiento de las organizaciones, de
manera que se pueda correlacionar el éxito con la realización de algunas
actividades específicas, así como con el ejercicio oportuno y adecuado del
poder.
El poder representa un parte aguas para la
comprensión del liderazgo que caracteriza a una institución educativa. Como se
sabe, el clima y la cultura son aspectos propios de cualquier organización;
así, de esa misma manera, el poder representa un punto medular para comprender
la presencia o ausencia de los conflictos, así como la integración o desunión
de la institución. Existen algunas características que dejan entrever manera o
estrategias para ejercer el poder, o identificar el ejercicio de éste por otros
actores. Respecto a ello, el literatura presentar alternativas para ejercer el
poder, que van desde una autoridad formal, hasta cuestiones simbólicas que
podrían significar una influencia sobre los otros.
Parece interesante la situación que existe en las
organizaciones respecto al deseo del poder, de la manera en que esto sea
posible, pero hasta dónde es capaz de llegar un individuo para alcanzar este
objetivo. Esta cuestión se intenta aclarar en el desarrollo del escrito, dando
pautas al lector de reflexionar al respecto.
Las organizaciones como sistemas políticos
El ser humano es un ente social, y como tal posee
un complejo tejido de relaciones sociales, algunas de las cuales son de crucial
importancia para el desarrollo de su existencia como una forma de sobrevivencia
y adaptación de la misma especie.
Por lo tanto, el ser humano como tal no puede vivir
aislado, sino en continua interacción con sus semejantes, por lo que se le
considera un ente sociable. Los individuos tienen que cooperar unos con otros,
por sus restricciones personales, y deben constituir organizaciones que les
permitan lograr algunos objetivos que el trabajo individual no alcanzaría
realizar. Entonces, una organización puede definirse como una estructura de
roles que se integra por responsabilidades individuales y de grupos. En otras
palabras, una organización es un sistema de actividades conscientemente
coordinadas, formadas por elementos que interactúan entre sí para lograr un fin
común, complementándose con la cooperación entre personas capaces de
comunicarse y dispuestas a actuar.
Desde la toma decisiones, las alianzas, los
intercambios, la comunicación, la cultura y el clima organizacional, el
liderazgo, así como el ejercicio del poder, todos en conjunto forma un cúmulo
de factores, que al integrarse dan vida a una organización y dan paso a la
micropolítica de la institución. Ésta es definida según Hoyle (1986) como las
estrategias por las cuales los individuos y grupos en contextos organizativos
tratan de usar recursos de poder e influencia para conseguir sus intereses. Y
por otro lado, Bacharach y Mundell (1993), puntualizan que la micropolítica es
la confluencia de diferentes lógicas de acción dentro de la organización. Es a
través de la lucha por los intereses y de la confluencia de diferentes lógicas
en acción, así como del desarrollo de procesos, de interacciones sociales, de
la toma de decisiones, del establecimiento de normas y, otras situaciones que
representan una oportunidad para liderar, por la que se ejerce de alguna manera
el poder. Desarrollo teórico Tomando en cuenta que las escuelas son
consideradas como organizaciones, ya que en ellas interactúan personas con
diferentes roles, pues desde la perspectiva de Bardisa (2009), el centro
escolar es una de las concreciones del sistema educativo donde, en mayor
medida, se ubican los problemas de convivencia, puede decirse que el centro
escolar es donde se conjuga la educación para la convivencia y la convivencia
para la educación, y por lo tanto, éste es un lugar conflictivo, donde las
medidas de control y gestión de la convivencia pueden tener una mayor
incidencia operativa, ya que se convierten en educativas para dicha
convivencia.